¡MALDITO TIEMPO!, grito vaciando toda mi frustración, ¿No has sentido tu esa necesidad de gritarlo al viento? Las horas pasan y me torturan ampliando mi abnegación pues cada movimiento del segundero me quita el aliento. Click clack, click clack, click clack... nunca se detiene, es como un puñal atravesando mis entrañas intermitente, destrozando mi voluntad y mi perturbada mente sin pausa doblegando cada uno de mis pasos a su infinita marcha. Que sentido tiene perseguirte todo el día como un loco si siempre va un paso adelante, nunca descansa ni un poco, y es que he llegado a pensar que eso es precisamente amigo que se nos pasa la vida en lo que miramos ese maldito reloj. Aun así no puedo evitarlo, si escapo al bosque ahí estarás revelando tu presencia en cada atardecer que pueda admirar destruyendo mis pensamientos en las noches con las aves y su cantar gritando a mis oídos que queda poco tiempo con cada enfermedad. Eres inevitable, incorruptible, absoluto y voraz,
La vida abarca desde el dulce delirio, hasta la amarga realidad.