¿Dios, como no ayudas a quién te amo tanto, muy por ti se aparto de las vulgares?
¿Es que no escuchas su llanto doliente?
¿Es que no ves la muerte que ahora le amenaza, en el torrente que el mar no supera?
Pero de aquel que reina en los cielos, ni una palabra se escuchó.
Y todo llanto, y todo dolor son arrastrados por el cause mortal donde navega la parca.
Y cayeron, Junto a su cuerpo, en el olvido, por aquel que para las oraciones de sus siervos
Tiene oídos sordos.
Por: Solo Andres.
Basado en: La divina comedia, Dante.
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