Erase una vez un hombre sin presencia alguna,
vivía solo en su eterna y solitaria laguna,
y aunque lo rodeaba la gente, este no importaba a ninguna.
Pero que podría hacer ese pobre hombre al que nadie notaba,
si cualquier grito de auxilio en los oídos de los demás rebotaban.
Nunca nadie paso a su lado y lo observo que su llanto se agotaba.
Ahora entiende que la locura que antes adoraba,
Ahora entiende que la locura que antes adoraba,
es la culpable de que su soledad sin fin perpetuara.
Pues nadie amara jamas a quien nadie admirara,
y nadie admiraba este loco, por mas que se esforzara.
Ese pobre desdichado se encontraba casado de los males,
de esta vida asquerosa, injusta y llena de cobardes,
que te dan la mano para lanzarte a un hoyo directo al hades.
El no lo soporto mas, y tomo la única salida para sus pesares...
...decidió no volver a ver a nadie.
Por: Solo Andres.