Donde estas amante de mis demonios, que mi corazón esta noche te reclama. Vuelve y trae contigo todo mi dolor, pues este fue durante años el combustible de este cuerpo sin vida y sin amor. En esta lúgubre noche añoro la soledad de aquellos días, repletos de sufrimiento y agonía, de cuando mi reflejo era mi única compañía y mi voz la única que luego del llanto, limpiando mis lagrimas, escuchaba. Por: Solo Andres.
La vida abarca desde el dulce delirio, hasta la amarga realidad.