Veo una turbia y siniestra bruma que asciende lentamente desde el centro de esta urbe desquiciada, que a su paso arremete en contra de sus meditabundos, mas bien ausentes habitantes. Poco a poco avanza cubriendo todo cuanto puedas ver llevando consigo un penetrante rugido de motores que mueven el estilo de vida de millones seres inertes. Una tétrica y toxica nube invade mi interior de repente llenando mis pulmones de cansancio y desgano permanente, llevándose a su paso mis esperanzas de una vida diferente. Asfixiado por el humo de aquella nube sigo mi paso planeando entre la inopia mientras sueño que me escapo de este mundo donde normal es tener problemas mentales con los cuales excusar a la capital, madre de nuestros males. Soy un sentimental en la era de los discos y corazones duros, la pieza sobrante para este rompecabezas que llaman sociedad un mundo donde existen redes sociales llenas de soledad, programadas por la industria que vende embot...
La vida abarca desde el dulce delirio, hasta la amarga realidad.