Sombra Magnánima

Ya son 3 años dese su partida atroz destrozo mis ilusiones y rebano corazón se fue dejando un hueco inmenso dentro. Hace mucho tiempo que he cedido a la depresión. Quisiera que todo esto cambiara un día, dejar de amarla y poder así seguir con mi vida. Pero mi subconsciente me azota con sus recuerdos y estremece mi cuerpo con miedo ante nuevos cuerpos. Estoy atrapado en mi absurda obsesión con su mirada, puede que sea cosa de las drogas pero juro que aun la veo detrás de las cortinas como antes, ocultando su piel desnuda, susurrándome en el viento frases de amor eterno y deseo. Mas cuando me trago el miedo para desvelar su rostro, rompo en llanto y caigo de rodillas ante las ventanas vaciás. Me revuelco en mi miseria y siento querer vomitar con ansias los pedazos rotos de mi alma destrozada durante un intento de suicidio. Aveces intento hablar de esto con mis allegado en busca de alivio, pero como siempre mal interpretan mi llanto como algo per

Reflexionando sobre antiguas enseñanzas ancestrales, supuestos moralismos inquebrantables, hoy resquebrajados escritos en antiguos pergaminos llenos de verdades convertidas en mentiras por hombres ya cansados de un dios todo poderoso que no cura enfermedades. Crecimos aturdidos ante la majestuosidad del universo iluminados por antiguos sabios que enseñaban lo correcto intolerancia, egoísmo y sumisión son el camino propuesto absurdos preceptos durante siglos por reyes y sacerdotes impuestos. Y es que siempre hemos soñado con una tierra prometida, un lugar donde vivir en paz sin nadie que te reprima pero aceptamos a cambio dar ingenuamente nuestra vida enseñados al desinterés por este mundo y sus maravillas nos engañaron diciendo que nuestro destino era la criba. Señor ¿acaso tu escribiste estas estremesedoras escrituras? llenas de masacres, xenofobia y sexismo en cada esquina mensajes llenos de paz, escritos con la sangre de tus victimas opacados hoy en día por la ci

Lloras en silencio para que nadie te escuche, pues a ninguno le interesa cuanto dolor guardes en tu corazón. Ruegas ahora y siempre, por un poco de cariño, mas una voz de auxilio nunca escucharas.  Por: Solo Andres.