"Hola, bienvenido", me
saluda con su gélida vos
una figura expectante a mi
respuesta junto a una hoz.
"¡Quien eres!", le
pregunto abrumado por la respuesta
que puede tener para mí esa figura
tan grotesca.
"Tú sabes bien quien
soy", me responde sin mover un musculo.
Envuelto entre su oscura bata saca
algo con disimulo
un reloj al parecer, lo mira y me
invita a seguirlo
acepto solo para saber la verdad
tras este tétrico sitio.
Nos dirigimos por un camino de
rucias baldosas,
entre miles de voces que susurran
miles de cosas,
pero ninguna palabra logro
distinguir de esas prosas.
"Que es ese sonido", le
pregunto a la fúnebre sombra.
...seguimos caminando, "¿por
qué no me respondes?"
"Eso es en lo que menos deben
preocuparse los mortales"
Palabras que hielan mis venas aún más
que las fantasmales
no comprendo adónde vamos, ni de mi
guía y sus planes.
Pasan los minutos y el paisaje no
cambia en el trayecto
los mismos árboles secos, el mismo
suelo de desierto
en un tono entre azul y gris que me
deja algo intrigado,
pero nada de esto tiene sentido,
como estar impresionado.
"¿Ves esa capilla en la
colina, mortal?", me dice de repente
"Si, ¿qué tiene de
especial?", le pregunto sin emoción aparente,
"es nuestro destino, lo
entenderás cuando estemos allá"
No me dio la oportunidad de
preguntar otra cosa, comenzó a avanzar.
La capilla tiene una estilo griego,
en detalle muy tradicional,
lo que me hace pensar en que esto
es solo un sueño irracional
producto de mi imaginación
reciclada de experiencias atrás.
La pregunta ahora es porque aunque
trato no logro despertar.
Sin más opciones, y cerca de
nuestro destino decidí preguntar,
"¿Eres producto del conflicto
en mi cabeza que me hace alucinar?”
Se quedó un momento
viéndome..."Interesante tu manera de pensar"
Inconforme pero resignado a no
tener respuesta me dispongo a continuar.
Ya frente al portón que me parecía
menos colosal en la distancia
como si Prometeo abriera desde el
otro lado en la estancia
queda a plena vista un pequeño
cuerpo tendido en convalecencia
rodeado de hermosa arquitectura
solo vista en cuentos de infancia.
En esa habitación enorme solo
había juguetes, mi primera cama
y ese pequeño cuerpo que se
recomponía para mirarme a la cara.
Al ver su rostro sentí terror
revuelto de una desconsolación clara
era como verme de pequeño flaco y
desnutrido para más drama.
"¿¡Que está pasando aquí, él
es quien creo yo!?" pregunte alarmado,
"Acércate y habla con él,
entenderás todo lo que está pasando"
Lo mire algo desconcertado, pero
me acerque al que me estaba mirando.
"¿Cómo te llamas?, ¿Qué es
este lugar?" le pregunte su dudarlo.
"Olvídalo" me respondió
con una triste y quebrada vos famélica,
"¿Que debo olvidar?",
su mirada estaba perdida de nuestra platica,
..."¿Hace cuánto no comes?,
¿Puedes hablar?", puso una mirada simpática,
"Olvídalo", me dijo con
una pequeña lagrima que se escapaba por su carita.
Gire mi rostro en busca de aquel
sujeto, y me doy cuenta que da la vuelta,
"¡A dónde vas, explícame
esto!", "fue lo único que aprendió a decir ¿recuerdas?".
"¿Quien es el culpable?, ¡No
recuerdo!", corrí a él para obtener una respuesta
Pero desapareció dejando dibujado
en sus labios un tú que me despierta.Img: https://javcasta.wordpress.com/2009/10/04/a-la-mitad-del-camino/