Los veo en calles ensangrentadas llenas de lágrimas desatadas por miles de almas castradas en el juego de las castas. Me acerco disimuladamente le pido un cigarro de repente y me lo pasa casi al instante, lo enciendo para tras el humo ocultarme, y trato de decir algo interesante. Buscando un tema he terminado de quien me vendió el pucho impresionado, tras esa cara triste existe un apasionado, que más que nadie ha soportado. Amo encontrar tesoros en la calle, personas que hacen que me llene de felicidad al ver que un genio hallé, jamás te imaginarias de donde viene. Lloro al verlos en la realidad atorados, ángeles en callejones extraviados, almas nobles y genios menospreciados, en este mundo donde nacen condenados. Quisiera poder darle más que pan y chocolate, quisiera poder mas solo tratar de animarle, lucho contra esta cruel verdad aunque me abate, sueño conque el indigente en el senado hable, me jure que luchare lo que el cuerpo aguante. Mori...
La vida abarca desde el dulce delirio, hasta la amarga realidad.