Hoy te quiero
contar una historia más
que ocurre a diario en esta podrida ciudad
donde a la inocencia ya no encontraras,
donde la infancia se interrumpe con barbaridad.
Esta es la historia de un joven solitario pero no es igual
a todos los relatos que has oído hasta ahora, pero más usual
nadie lo escuchaba de pequeño, mamá siempre tenía que trabajar
por un padre que decidió un día toda su vida abandonar,
¿pero quién soy yo para juzgarlo por querer de todo escapar?
Al muchacho nunca le hizo falta nada de lo que consideran primordial,
¿pero cómo pudimos olvidar lo que nos es más que natural?
la promesa de una familia y afecto se perdió entre la conformidad
de una madre que solo busca ofrecer una mejor realidad.
Con solo 16 años la vida lo llevo a pensar, que es mejor ahogar
tus pesares y problemas bien en el fondo, pues nadie va a escuchar
y duelen a la intemperie pues nos hacen frágiles y fáciles de maltratar.
La soledad y el maltrato ni edades, ni estratos se molesta en respetar
es un virus sin cura que ha creado el ser humano a cambio de progresar.
Quien les dio del derecho de decidir lo que los niños deben necesitar,
si nunca se preguntan porque sus hijos no les paran de gritar,
ni escuchan mientras un nudo en sus gargantas los intentan asfixiar.
Supones eres una buena madre porque solo quieres su bienestar,
triste lo normal ahora; mamá es adicta a trabajar sin descansar
y se pregunta en las noches porque su hijo se tiene que drogar.
Pasaron los años, nuestro protagonista sobrevivió veinte diciembres,
logro, pues en esta urbe muchos no pueden con sus infiernos personales
el suicidio es seductor cuando llegas al punto en que no hay escapes,
no todos aguantan esta mierda excusa de vida llena de soledad y pesares.
Y aunque la historia no termina en su adolescencia las depresiones
dejan gotas saladas tras ojos secos, acumuladas en mil ocasiones,
son como un cáncer que no ha sido extirpado y crece a borbotones
que en cualquier momento hará metástasis si no se toman acciones.
El tiempo le enseño a ser desconfiado, llenándose de amargura
cuando se dio cuenta poseía un agudo caso de misantropía,
sin más decidió montarse en el tren directo a un campo de tortura
la falta de pasión lo llevo a la estúpida decisión de seguir por esa vía,
esperándole al final estaba el telón que a su muerte daría apertura.
Que más te puedo contar de este muchacho criado por ausencias,
hoy es una tumba más ganada por la más simple demencia
la que se crea dentro por depresión cada día, cada persona,
una enfermedad de la que solo se salva quien a tiempo reacciona.
que ocurre a diario en esta podrida ciudad
donde a la inocencia ya no encontraras,
donde la infancia se interrumpe con barbaridad.
Esta es la historia de un joven solitario pero no es igual
a todos los relatos que has oído hasta ahora, pero más usual
nadie lo escuchaba de pequeño, mamá siempre tenía que trabajar
por un padre que decidió un día toda su vida abandonar,
¿pero quién soy yo para juzgarlo por querer de todo escapar?
Al muchacho nunca le hizo falta nada de lo que consideran primordial,
¿pero cómo pudimos olvidar lo que nos es más que natural?
la promesa de una familia y afecto se perdió entre la conformidad
de una madre que solo busca ofrecer una mejor realidad.
Con solo 16 años la vida lo llevo a pensar, que es mejor ahogar
tus pesares y problemas bien en el fondo, pues nadie va a escuchar
y duelen a la intemperie pues nos hacen frágiles y fáciles de maltratar.
La soledad y el maltrato ni edades, ni estratos se molesta en respetar
es un virus sin cura que ha creado el ser humano a cambio de progresar.
Quien les dio del derecho de decidir lo que los niños deben necesitar,
si nunca se preguntan porque sus hijos no les paran de gritar,
ni escuchan mientras un nudo en sus gargantas los intentan asfixiar.
Supones eres una buena madre porque solo quieres su bienestar,
triste lo normal ahora; mamá es adicta a trabajar sin descansar
y se pregunta en las noches porque su hijo se tiene que drogar.
Pasaron los años, nuestro protagonista sobrevivió veinte diciembres,
logro, pues en esta urbe muchos no pueden con sus infiernos personales
el suicidio es seductor cuando llegas al punto en que no hay escapes,
no todos aguantan esta mierda excusa de vida llena de soledad y pesares.
Y aunque la historia no termina en su adolescencia las depresiones
dejan gotas saladas tras ojos secos, acumuladas en mil ocasiones,
son como un cáncer que no ha sido extirpado y crece a borbotones
que en cualquier momento hará metástasis si no se toman acciones.
El tiempo le enseño a ser desconfiado, llenándose de amargura
cuando se dio cuenta poseía un agudo caso de misantropía,
sin más decidió montarse en el tren directo a un campo de tortura
la falta de pasión lo llevo a la estúpida decisión de seguir por esa vía,
esperándole al final estaba el telón que a su muerte daría apertura.
Que más te puedo contar de este muchacho criado por ausencias,
hoy es una tumba más ganada por la más simple demencia
la que se crea dentro por depresión cada día, cada persona,
una enfermedad de la que solo se salva quien a tiempo reacciona.
Por: Solo Andres.
Img: http://es.creepypasta.wikia.com/wiki/Archivo:Deja-atr%C3%A1s-la-depresi%C3%B3n.jpg