Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Ciudad

En callejones extraviados

Los veo en calles ensangrentadas llenas de lágrimas desatadas por miles de almas castradas en el juego de las castas. Me acerco disimuladamente le pido un cigarro de repente y me lo pasa casi al instante, lo enciendo para tras el humo ocultarme, y trato de decir algo interesante. Buscando un tema he terminado de quien me vendió el pucho impresionado, tras esa cara triste existe un apasionado, que más que nadie ha soportado. Amo encontrar tesoros en la calle, personas que hacen que me llene de felicidad al ver que un genio hallé, jamás te imaginarias de donde viene. Lloro al verlos en la realidad atorados, ángeles en callejones extraviados, almas nobles y genios menospreciados, en este mundo donde nacen condenados. Quisiera poder darle más que pan y chocolate, quisiera poder mas solo tratar de animarle, lucho contra esta cruel verdad aunque me abate, sueño conque el indigente en el senado hable, me jure que luchare lo que el cuerpo aguante. Mori...

Ciudad delirio.

Bienvenido a la hermosa ciudad donde agradezco crecí, Santiago de Cali la sucursal de cielo, hoy vestida de carmesí. Pequeña capital del occidente donde todo lo que sé aprendí. Ciudad que mil emociones en una noche te hace sentir. Tierra única en un país de poblaciones llenas de mil riquezas, ciudad causa de mis innumerables alegrías y el doble de tristezas. Cabildeando bajo los efectos del alcohol veo pasar infancias mendigando a los alegres rumberos que solo cargan indiferencia. Símbolos eternos de tradición adoptada en nuestra eterna colonización, Como la capilla de San Antonio cómplice del amor caleño lleno de pasión, la plaza Cañaveralejo orgullo de algunos y para otros causa de decepción y símbolos de esta urbe como La Ermita, arte en forma de edificación. Dos caras de una moneda encontraras si miras con atención; Como en esas fiestas en el estadio que en muchos desata pasión y son el tormento de los que en la noche pasan por aquella estación, pues más de...

Triste ciudad.

Tanta soledad siento al mirar afuera ese frió mundo, mi ciudad se llena en las noches de sollozos mudos, y no comprendo porque sufrimos de este modo. Un padre ya anciano abandonado con el tiempo, por sus hijos que viajaron a otros campos, en busca de una mejor vida lejos de aquel viejo, que acepto con valentía la soledad como cobijo. Niños en orfanatos esperando una familia en la mañana, la mayoría descubrirán la realidad de manera insana una realidad donde no tendrán oportunidad alguna, No por qué no lo merezcan, es qué así es la vida urbana. Una madre soltera que aguarda en vela en el sofá que regrese su hijo perdido en las calles a su hogar. Mientras este con sus vicios de la muerte se mofa, jugando a la ruleta rusa con una vida que no supo valorar. Ancianos y niños por las calles caminando vagabundos en las aceras de mi ciudad que sirven de hogar a algunos, esos que sin darse cuenta quedaron de un futuro viudos, por una mala decisión o por cosa de alzar de todo d...

Borracho por la ciudad

Hoy en la ciudad vaga un bohemio sin amor, decidido a olvidar aquel pasado entre nubes de licor. Ya anda borracho esta pobre alma cargada de rencor, sembrado en lo más profundo por el más horrible dolor. La nostalgia le carcome el poco sentido común que le queda, Y por el humo del cigarro se deja llevar, mareado pero sin queja, pues es ahora en ese estado donde nada importa, nada lo enreda. Me acerco bruscamente a este personaje preguntándole el porqué, Se encuentra hoy paseando sin oficio por este abandonado parque, Pero no responde, solo mira la luna absorto... Me siento a su lado a ver. Luna.. ¿Qué le estas diciendo a esta pobre alma desdichada? ¿Puedes hacer algo de quien siente, no vale ya nada? ¿Eres capaz de sanar heridas en el corazón tatuadas? Vuelvo, y me encuentro solo en aquel parque de la ciudad. No sé dónde se metió aquel muchacho, quizás se fue en la oscuridad. Apago el cigarrillo, y entre la borrachera trato de pensar con claridad. ...

Ciudad.

Un llanto,  un llanto de mujer interminable,  sosegado,  casi tranquilo. En la noche, un llanto de mujer me ha despertado. Primero un ruido de cerradura, después unos pies que vacilan y luego, de pronto, el llanto. Suspiros intermitentes como caídas de un agua interior, densa,  imperiosa,  inagotable, como esclusa que acumula y libera sus aguas o como hélice secreta que detiene y reanuda su trabajo trasegando el blanco tiempo de la noche. Toda la ciudad se ha ido llenando de este llanto, hasta los solares donde se amontonan las basuras, bajo las cúpulas de los hospitales, sobre las terrazas del verano, en las discretas celdas de la prostitución, en los papeles que se deslizan por solitarias avenidas, con el tibio vaho de ciertas cocinas militares, en las medallas que reposan en joyeros de teca, un llanto de mujer que ha llorado largamente en el cuarto vecino, por todos los que cavan su tumba en el ...