Y de repente entraron en aquel vagón, lugar predestinado
para su encuentro.
En ese instante en el que entraron, el hilo que los unía y
los traía al encuentro se tensó fuertemente y de tal manera que les obligo a
sus miradas cruzar.
En aquel momento ese extraño sentimiento, el que muchos
llaman “amor a primera vista” se encendió en sus corazones.
Pero estas dos almas son duras y frías, pues aquel mundo en
el que habitan les ha enseñado a sentir temor de todo, les ha enseñado a
desconfiar y dudar de aquellos sentimientos ajenos. Endureciendo el corazón y
llenándolo de orgullo.
Es ese orgullo que revive el dolor y temores, el que les
obliga a girar y agachar la cabeza, el que les grita sin parar, que aquel sentimiento solo traerá más males y dolor.
Y asi, estas almas destinadas a estar juntas al nacer,
deciden ignorarse y poner fin a aquel bello sentimiento.
Comentarios
Publicar un comentario