Miro en el reflejo que tengo
al frente, solo puedo ver una sombra de aquello que algún día fui, una
proyección mísera y repulsiva de aquel cuerpo que algún día llevo mi nombre.
Pero de eso ya ha pasado mucho, y lo único que existe ahora, es la cascara
monstruosa que llego a contener un alma pura y bondadosa. Un alma ahora
corrompida por el mal que la rodeaba, un alma que jamás volverá, pues por sus
demonios se encuentra atrapada, en el oscuro abismo de la perversión y el
degenero, que este mundo implanta en aquellos que desconocen su verdadera
naturaleza despiadada.
Por: Solo Andres.
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